VI Metodología de la encuesta y el cuestionario
“Contar hechos observables es la operación básica de la medición... Contar o computar es establecer una correspondencia biunívoca entre el conjunto de objetos que hay que contar y un subconjunto de los enteros positivos. Para que una colección de hechos sea empíricamente distinguibles”.
Mario Bunge
6.1. La encuesta
La encuesta se ha convertido en una herramienta fundamental para el estudio de las relaciones sociales. Las distintas organizaciones contemporáneas, políticas, económicas o sociales utilizan esta técnica como instrumento indispensable para conocer el comportamiento de sus grupos de interés y tomar decisiones sobre ellos.
Por esta razón la encuesta adquiere en las diversas investigaciones una relevancia significativa pues al recoger información de la realidad se enfrenta tanto el campo teórico como el empírico, y se vale para esto de tipos de cuestionarios que se aplican a distintas personas ya sea en lugares de trabajo o en sus residencias. El investigador decide qué criterio de selección utilizará para la muestra, éste puede ser: sexo, edad o nivel socioeconómico, la muestra tiene la opción de ser estratificada y distribuida en diferentes sectores geográficos de una localidad o de una región determinada.
La encuesta es una fotografía que se le hace a un determinado sector de la sociedad con el objeto de extraer información que permita la constatación empírica de la investigación que se está efectuando.
Las diversas investigaciones en ciencias sociales en la actualidad recurren a la herramienta de la encuesta debido a que se hace necesario producir un nexo entre teorías y realidad observada y medida.
6.2. Definición del universo de estudio y la elección de la muestra
La definición del universo corresponde a todos los elementos o a todas las características de la población de estudio a las cuales se investigará desde la muestra. Para poder hacer esto es necesario saber qué tipo de población es, si es homogénea o heterogénea, el número que está involucrado y sus características geográficas. Al tener esto claro se puede calcular la muestra y el tipo de muestra que corresponde de acuerdo a la población objeto de estudio.
6.2.1. El universo de estudio
Para Ferrando (1986), el universo o población es el conjunto de elementos objeto del estudio. En la realidad existen multitud de universos constituidos por elementos específicos que los diferencian. Cada uno de ellos, puede ser objeto de investigación mediante la técnica de la encuesta y de ahí que para realizar encuestas de opinión, controles de calidad, estudios de coyuntura, de mercado, etc., se utilicen muestras específicas adaptadas a los universos diferenciados de cada estudio.
Para que realmente se pueda iniciar con garantía el proceso de muestreo es necesario acotar el universo y conocer las unidades que lo componen. Acotar el universo significa concretar perfectamente la población que va a ser objeto de estudio. Las unidades del universo acotado constituyen el marco del que se va a sacar la muestra. En la práctica en gran parte de los estudios de ciencias sociales, el marco suele ser la población en general o un segmento de la misma. En estos la información sobre el universo se deduce de los censos generales de población que permiten conocer el marco de estudio.
Es necesario ahora, en consecuencia, establecer el tamaño de la muestra de acuerdo a la variabilidad. Dicho de otro modo, las estimaciones realizadas a partir de muestras muy pequeñas se desvían considerablemente de la realidad, produciéndose un ajuste cada vez mayor, a medida que se añaden nuevos elementos a la muestra.
Siendo así el problema radica en determinar el tamaño de la muestra de tal forma que una parte ofrezca la suficiente fiabilidad para los objetivos de la investigación, y por otra no suponga un aumento innecesario de los costos y del tiempo de realización.
Tratándose de muestras probabilísticas en cuyo proceso siempre intervine la selección aleatoria de los elementos, el tamaño de la muestra depende de:
a.- la varianza poblacional
b.- el nivel de confianza elegido
c.- el máximo error permitido en las estimaciones
Para la selección de la muestra se pueden utilizar distintos métodos o distintas combinaciones de métodos. Las más usuales son las siguientes:
a.- muestreo aleatorio simple
b.- muestreo aleatorio sistemático
c.- muestreo aleatorio estratificado
d.- muestreo por conglomerados
e.- muestreo no aleatorios.
6.3. Diseño del cuestionario:
6.3.1. Doble propósito del cuestionario
El cuestionario, o formulario de la entrevista, tiene dos propósitos principales. Primero, debe traducir los objetivos de la investigación en preguntas específicas cuyas respuestas proporcionarán los datos necesarios para comprobar las hipótesis o indagar el área determinada por los objetivos de la investigación. Para ello, cada pregunta debe comunicar al sujeto la idea o grupo de ideas requerida por los objetivos de la investigación para dar lugar a una respuesta que pueda analizarse en forma de que los resultados satisfagan la meta de estudio. Por otra parte, la pregunta debe cumplir estas dos funciones con una distorsión mínima de la respuesta que provoca. Es decir, al hacer una pregunta al sujeto, suponemos que éste posee una actitud, una opinión o un conocimiento. Por lo tanto, debe formularse cada pregunta de modo que provoque una respuesta que refleje precisa y completamente la posición de cada sujeto.
La segunda función del cuestionario es ayudar al entrevistador en la tarea de motivar al sujeto para que comunique la información requerida. Como ya vimos, hay muchos factores que determinan la disposición del sujeto para participar en una entrevista. Por supuesto, las capacidades del entrevistador tienen gran importancia para la tarea de motivar al sujeto, pero el mismo cuestionario determina en gran medida el carácter de la relación entrevistador-sujeto y, en consecuencia, la cantidad y la calidad de datos reunidos.
Puesto que el cuestionario se construye sobre la base de los objetivos de investigación, es evidente que su elaboración no puede ser el primer paso de la realización de un proyecto de investigación. La formulación de los objetivos de investigación y la especificidad de los datos requeridos para satisfacerlos deben preceder a la elaboración del cuestionario.
Analizaremos los problemas que parecen más importantes en términos de los criterios citados y, por lo tanto, más significativos para la creación de un instrumento adecuado para reunir datos sociales mediante entrevistas.
6.3.2. Lenguaje
Al elaborar un cuestionario, el principal criterio para la elección del lenguaje es que el vocabulario y la sintaxis proporcionen el máximo de oportunidades para una comunicación completa y precisa de las ideas entre el entrevistador y el sujeto. No sólo deben elegirse palabras que se hallen dentro del vocabulario del sujeto, sino que es también preciso, en lo que concierne a sus expresiones coloquiales y clichés, o bien conocerlos y usarlos significativamente, o bien omitirlos por completo. Para decirlo en una forma más simple, el lenguaje del cuestionario debe aproximarse al del sujeto. En la mayoría de las encuestas de secciones transversales de la población se busca la simplicidad, y con razón. No obstante, para un estudio de médicos o abogados serían más apropiados vocabularios diferentes y especializados. Siempre que la población de sujetos es heterogénea, resulta inevitable recurrir a una solución de compromiso.
6.3.3. Marco de referencia
Decir que un cuestionario debe formularse con el lenguaje del entrevistado es algo inequívoco y directo. Sin embargo, igualmente importante, y mucho más difícil, es formular preguntas que tengan en cuenta el marco de referencia en el cual el sujeto considera el tema tratado. No obstante, el cuestionario debe presentar cada tema en forma de vincularlo con las percepciones del sujeto y de que sea coherente con las nociones de éste acerca de lo que es significativo y lo que no lo es para el problema en cuestión. El desarrollo de un tema de una a otra pregunta no sólo debe satisfacer los criterios de razonamiento y lógica del investigador, también debe satisfacer los del entrevistado. De este modo, el marco de referencia se convierte en otra dimensión en la cual el investigador debe partir del punto donde está el sujeto, debe orientarse hacia el sujeto.
El marco de referencia del sujeto también puede ser importante para determinar si estará dispuesto a comunicar un tipo dado de información. El
sujeto puede resistirse a comunicar una información si no ve la relación entre una pregunta y su percepción de los objetivos de la investigación. De este modo, el sujeto de una encuesta que habló libremente sobre política exterior puede interrumpirse de pronto cuando se le pregunta su edad o educación. Aunque es improbable que estas preguntas parezcan amenazadoras, no se ajustan a su percepción de las necesidades de la investigación.
6.3.4. Nivel de información
Las preguntas deben formularse en forma de que se vinculen significativamente con el nivel de información del sujeto en ese momento. No debe partirse de supuestos no realistas respecto de la capacidad del sujeto o de la información que posee. La importancia de esta norma para la elaboración del cuestionario reside en que cuando el entrevistador, con la autoridad de su rol, plantea una pregunta al sujeto se supone que éste posee una respuesta adecuada y que si no puede responder queda de alguna manera desacreditado. Por ejemplo, si en un cuestionario que se ocupa de las actitudes públicas hacia problemas de la energía atómica, un entrevistador pregunta a un sujeto: “¿Qué precauciones son adecuadas para que un técnico maneje isótopos radiactivos?” La reacción inmediata y muy común del sujeto será la incomodidad y el resentimiento porque se le hace una pregunta a la que no puede responder. El investigador no sólo habrá perdido la respuesta a una pregunta, sino que deberá pagar un alto precio en términos de una menor motivación para comunicarse con el sujeto. Por supuesto, existe la posibilidad de que el entrevistado, al sentirse obligado a demostrar su conocimiento, presuma conocimientos que no posee.
A veces se llama a este problema error de pericia; es decir, el error de adscribir al sujeto un grado de pericia en un campo particular que en realidad no posee. Estas preguntas “para peritos” pueden exigir al sujeto que se dedique a un incómodo autoanálisis, que verbalice material no analizado ni verbalizado y que por lo tanto, no es consciente.
6.3.5 Aceptación social
Otra característica del cuestionario centrado en el sujeto consiste en subrayar la aceptabilidad de una amplia gama de respuestas. Ninguna pregunta debe enfrentar al sujeto con la necesidad de dar una respuesta socialmente inaceptable. Si esperamos que el sujeto conteste libre y espontáneamente, debemos ayudarlo a sentir que toda la gama de posibles respuestas es aceptable; no sólo aceptable para el entrevistador, sino para él mismo y de acuerdo con sus propias normas.
Para proporcionar una gama de respuestas que satisfaga los criterios de aceptabilidad social del sujeto es necesario formular bien las preguntas. En un sentido más amplio podría decirse que las preguntas nunca deben constituir una amenaza para el yo del sujeto. Tal amenaza puede presentarse si se le pide que dé una respuesta que siente socialmente inaceptable, o si se lo coloca en una posición en que se siente menos informado de lo que debería estar.
6.3.6. Preguntas que sugieren la respuesta
Las preguntas deben formularse en forma de que no contengan ninguna sugerencia respecto de la forma más apropiada de contestarlas. Por ejemplo, una pregunta destinada a revelar actitudes generales hacia el control de rentas. Una formulación de la misma pregunta evidentemente tendenciosa sería: ¿Diría usted que está a favor del control de renta, no es así? Este tipo de parcialidad es tan fácil de reconocer que la evitamos sin inconveniente.
Una pregunta puede estimular una respuesta particular mediante la asociación de una de las posibles contestaciones con una meta tan deseable que difícilmente pueda negársela. De este modo, la pregunta: “¿Está Ud. a favor o en contra de los aumentos de impuestos destinados a prepararse para los peligros de la guerra?” Asocia a los aumentos de los impuestos con la defensa contra un posible ataque y supone que una respuesta negativa refleja una indiferencia ante la amenaza de ataque. Aun cuando el sujeto se permita una respuesta no estructurada, la pregunta influye en gran medida sobre su respuesta. Si sólo se le da la alternativa de la aceptación o el rechazo, como ocurre en la mayoría de las compulsas de la opinión pública, el efecto de la pregunta es todavía más grave.
6.3.7. La idea única
Las preguntas deben limitarse a una única idea o a una única referencia. Los problemas encontrados en esta área están ejemplificados en la siguiente pregunta: “¿Está Ud. a favor o en contra del seguro para desocupados y los planes de pensiones?” Muchas respuestas no permitirían al investigador determinar si el entrevistado responde a uno o ambos ítem mencionados en la pregunta. La formulación más aceptable de una pregunta en este sentido dependería de la medida de especificidad de los objetivos de la investigación. Si el propósito es determinar la actitud del sujeto hacia las pensiones y el seguro por desocupación en forma específica, sería necesario plantear dos preguntas, cada una relacionada con una de las dos proposiciones.
6.3.8. Secuencia de las preguntas
Independientemente de la formulación de las preguntas en particular, el investigador debe considerara su distribución en el cuestionario. La secuencia de las preguntas debe determinarse principalmente de acuerdo con el proceso de la entrevista y no por el proceso de la investigación. Un cuestionario bien diseñado facilita el pasaje fluido del sujeto de uno a otro ítem y a menudo lo lleva a anticipar la pregunta siguiente, guiándose por lo que le parece la lógica intrínseca del tema.
La secuencia de las preguntas también puede determinarse por lo que se llamó el Enfoque de embudo. Ello se refiere al procedimiento de plantear primero las preguntas más generales o menos restringidas y seguir luego con ítem más limitados. De este modo, en una secuencia de preguntas cada vez más específicas. El propósito de la secuencia en embudo es evitar que las primeras preguntas condicionen las posteriores y desde las primeras preguntas abiertas determinen en alguna medida el marco de referencia del sujeto.
En muchos casos, las primeras dos o tres preguntas de un cuestionario tiene una doble función. Por una parte, se las incluye para obtener información respecto de objetivos específicos de la investigación, pero también ayudan a preparar y motivar al sujeto. Durante las primeras dos o tres preguntas, el entrevistador, mediante sus sondeos, sus reacciones ante las respuestas y su conducta general ante el sujeto, lo prepara para el papel que se espera que desempeñe en la entrevista.
Además de su propósito de orientación preparación, las primeras preguntas sirven también para motivar al sujeto a participar más completamente, comprometiéndose en el tema tratado. De hecho, las primeras preguntas pueden establecer el tono de toda la entrevista.
6.3.9 La forma de la pregunta
Hasta ahora consideramos el problema de la formulación de las preguntas sin considerar el problema de la forma de la respuesta; es decir, si el sujeto debe contestar con sus propias palabras o si debe seleccionar entre una serie de categorías preestablecidas la respuesta que más se acerca a su opinión. Las preguntas del primer tipo se llaman “abierta” o “sin limitaciones”; el segundo tipo de pregunta es el “limitado” o “cerrado”. La pregunta abierta es aquella en que se estructura el tema para el sujeto, pero se deja a su cargo la tarea de responder con sus propias palabras, con libertad para estructurar la respuesta según le parezca conveniente y hablar todo lo que desee. Un ejemplo de pregunta abierta es el siguiente: “¿Cuál es su opinión ante la posibilidad de que en esta fábrica trabajen juntos los negros y los blanco?” La pregunta cerrada contiene en ella las posibles respuestas en forma de que el sujeto debe limitarse a seleccionar la categoría que más se aproxime a su posición. Un ejemplo de pregunta cerrada es el siguiente: “¿Piensa usted que su ingreso de este año será mayor, menor o aproximadamente igual al del año pasado?”
En términos generales, la pregunta cerrada se adapta bien a situaciones en que: 1) hay sólo un marco de referencia a partir del cual el sujeto puede contestar a la pregunta; 2) dentro de este único marco de referencia hay una gama conocida de posibles respuestas, y 3) dentro de esta gama hay puntos de elección claramente definidos que representan con precisión la posición de cada sujeto.
Un ejemplo del tipo cerrado es la pregunta: ”¿Podría decir Ud. si su ingreso actual fue mayor, menor o aproximadamente igual al del año pasado?” En esta pregunta se pide al sujeto que compare dos hechos que conoce. El marco de referencia está limitado a la comparación de los ingresos de dos años, y las opciones son claras. Las preguntas abiertas tienen muchas ventajas, que resultan del hecho de estimular al sujeto para que estructure su respuesta como desee.
El intercambio relativamente libre entre el entrevistador y el sujeto, que es característico de la pregunta abierta, permite al investigador descubrir si el sujeto comprende con claridad la pregunta planteada. En cambio, una vez que el sujeto seleccionó una de las alternativas presentadas en una pregunta cerrada, el entrevistador sólo puede suponer que el sujeto comprendió la pregunta y eligió la alternativa que más se aproximaba a su posición.
6.3.10 La prueba previa
Independientemente del ingenio del investigador para formular sus preguntas y diseñar su cuestionario, necesita probarlos con sujetos antes de iniciar los trabajos de campo concretos. En un sentido, la prueba previa es en sí misma un estudio en miniatura. Su primera función es probar el cuestionario desde la perspectiva de la investigación. Deben analizarse las entrevistas par ver si las respuestas satisfacen los objetivos de la investigación. A manudo algunas de las “mejores preguntas” del investigador no logran provocar el tipo de respuesta que satisface los objetivos del estudio. Habrá mayores probabilidades de alcanzar las metas de la investigación cuando se analizan estas entrevistas de ensayo de acuerdo con ellos. A menudo la prueba previa requiere importantes revisiones de las preguntas, y es necesario efectuar varias pruebas de este tipo ante de hallar un cuestionario aplicable.
Un segundo objetivo de la prueba previa es determinar la medida en que el cuestionario satisface el criterio de orientación hacia el sujeto en todos sus aspectos. ¿Favorece el cuestionario la relación apropiada con los sujetos? ¿Comprenden éstos las preguntas? ¿Pueden plantearse las preguntas sin necesidad de explicarlas o volver a formularlas? No hay pruebas exactas para estas características. En este punto, es sumamente útil la ayuda de entrevistadores experimentados para obtener evaluaciones subjetivas del cuestionario.
BIBLIGRAFÍA CONSULTADA
* García Ferrando, M. El Análisis de la realidad social. Métodos y Técnicas de Investigación. Ed. Alianza, Madrid, 1986.
* Mancilla Toledo, Nelson. ¿Cómo Hacer un seminario de Título? Cuantitativa N°1. Ed. Mago Producciones, Santiago de Chile, 1998.
* L. Festinger y D. Katz. Los Métodos de Investigación en Ciencias Sociales. Ed. Alianza, 1998.
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